El Nuevo Día

Acto 3

Merel: la musa que cautivó el corazón de Raúl Juliá

La esposa del reconocido actor lo recuerda como un gran “sí” a la vida, y revela detalles sobre la carrera del ícono, su vínculo con la isla y su filosofía de vida

Escrito por: Rafael Lama Bonilla
Foto: Dennis M. Rivera Pichardo

Cronología

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Las potencias femeninas que acompañaron al actor puertorriqueño Raúl Juliá durante su versátil carrera conforman una lista idílica de diosas del celuloide e icónicas musas de la talla de Meryl Streep, Jane Fonda, Miriam Colón, Faye Dunaway, Sonia Braga, Anjelica Huston y Valeria Lynch.

Pero fuera de las cámaras o cuando caía el telón, la protagonista, socia y cómplice más importante en la vida del actor boricua fue Merel Poloway, una maestra, bailarina y actriz judía, quien en 1976 se convertiría en su esposa.

Cohibida desde pequeña, Merel comenzó a bailar desde que tenía tres años de edad. Pese a su timidez, cuando en la escuela solicitaban voluntarios para los shows de talento, confiesa que era la primera en levantar la mano.

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Esa pasión por el baile, años después, la conectaría con el amor de su vida. Al salir de su natal Filadelfia y mudarse a Nueva York, donde entrenó con la legendaria coreógrafa Martha Graham, Merel incursiona en Broadway y en 1968 conoce a Juliá, cuando ambos coinciden en el musical “Illya Darling”.

“Cuando lo conocí, (Raúl) se quitó sus gafas y yo dije: ‘Oh, wow, mucho mejor. Ahora puedo ver tus ojos’”, rememora Merel, al subrayar su fascinación instantánea por los emblemáticos ojazos del actor. “Pude haberme casado con él en ese mismo instante”, dice a carcajadas.

Merel recibe a El Nuevo Día en el apartamento en el Upper West Side de Manhattan, donde Juliá se instaló a finales de los 60 y en el que ambos formaron un hogar junto a sus dos hijos Raúl Sigmund y Benjamín Rafael. Cerca del comedor hay una obra de Rafael Tufiño que el pintor puertorriqueño le dedicó al histrión. Sobre el sofá en la sala cuelga una pintura de arte pop con una colorida imágen de Juliá que lo proyecta en todo su esplendor.

Mirar la llamativa pintura, a 30 años de la partida del actor y en lo que fue su casa, eriza la piel y provoca la imaginación. ¿Cuántas lecturas de libretos se habrán dado en esa sala? ¿Cuántas llamadas de directores, actores y amigos? ¿Cuántos debates sobre la puertorriqueñidad en Nueva York? ¿Cómo rescatar esa historias grabadas en las paredes por los ecos del profundo vozarrón de Juliá? Merel, celosa custodia de un extraordinario caudal de anécdotas, es nuestra interlocutora.

Colorida obra de arte de Raúl Juliá que cuelga en la sala del apartamento donde vivió en Nueva York.
Colorida obra de arte de Raúl Juliá que cuelga en la sala del apartamento donde vivió en Nueva York.
📷 Foto: Dennis M. Rivera Pichardo

“Creo que al principio, cuando él llega a Nueva York, con su acento, fue algo difícil para él, pero yo no estuve alrededor para esa época. Cuando yo conocí a Raúl, ya él había hecho ‘The Cuban Thing’ en Broadway y estaba encaminado. Pero creo que él enfrentó cierto prejuicio”, comenta Merel.

“Sin embargo, él fue afortunado, pues tuvo mentores como Joseph Papp y Ted Mann de ‘Circle in the Square Theater’, quienes vieron su talento y comprendieron que podía interpretar múltiples papeles, y que su acento era un plus, un activo”, relata.

“Joseph Papp le decía: ‘Haz Shakespeare con tu propia entonación, con tu propio sabor, no trates de usar un acento británico’. Así que Raúl tuvo la fortuna de tener los mentores que tuvo”, añade.

Pero Merel deja ver que su esposo, por su formación y crianza, estaba hecho para esto. “Creo que su niñez tuvo mucho que ver con lo que él llegó a ser. Siempre se sintió muy seguro de sí mismo, siempre decía de dónde era y cómo se crió. La forma en que hablaba (de sus raíces) siempre era en términos idílicos”, comenta Merel, quien recuerda los múltiples viajes a Puerto Rico que hacían en familia con Juliá.

“Íbamos a Puerto Rico en cada oportunidad que él tenía porque él tiene una familia bien grande. Amaba a su familia mucho y ellos lo amaban a él. Extrañaba a Puerto Rico cuando no estaba allí”, explica.

“Juliá Family Values”

¿Cómo fue Raúl cómo padre? Según Merel, todo un encanto. “Él siempre quiso ser un padre maravilloso y lo fue. Él estaba encantado cuando di a luz a Raúl Sigmund y luego cuando tuve a Benjamín. Estuvo conmigo en la sala de parto durante cada contracción”, relata y se ríe, al recordar aquella larga noche en el hospital, en la que Juliá estuvo todo el tiempo pendiente a ella hasta que el histrión se entrega a los brazos de Morfeo. Cuando las contracciones regresan, Merel mira hacia la silla y ve a su esposo dormido en la silla. “Yo dije, ‘Raaaaúúúl’ ”, recuerda ella al entonar la voz de regaño que usó para despertarlo. Acto seguido, Juliá brinca de la silla y dice: ‘Ok, Merel, respira’; al pretender que nunca estuvo dormido. “Así era Raúl”, afirma y sonríe.

El hijo menor de Juliá, aún recuerda viajar con sus padres y su hermano mayor, Raúl Sigmund, a las filmaciones de las películas de su progenitor. Benjamín tenía apenas siete años cuando Juliá falleció.

“Estuvimos en Argentina por unos dos meses durante un verano, en Australia por dos meses otro verano (durante la filmación de ‘Street Fighter’) y mis hijos lo amaron”, comenta Merel. “Ellos comenzaron a viajar desde que tenían tres meses y se acostumbraron. Viajar enriqueció sus vidas… les enseñó a estar cómodos junto a otras personas”.

Durante la plática con Merel, Benjamín acompaña a su madre y demuestra esa comodidad de la cual ella habla. Aunque no participa de la entrevista, Benjamín complementa la historias de su madre, recuerda sus aventuras familiares en Australia, habla de la amistad de su padre con el líder independentista Rubén Berríos durante los años de escuela superior y, con orgullo, muestra libretos, placas y fotos que van desde la niñez de Juliá hasta su ascenso en el teatro y cine.

Entre los tesoros escondidos e imágenes nunca antes vistas por el público, Benjamín nos muestra las fotos de la boda de sus padres, quienes se casaron ocho años después de haberse conocido.

Merel Poloway y Raúl Juliá el día de su enlace matrimonial que fue bajo una ceremonia hindú.
Merel Poloway y Raúl Juliá el día de su enlace matrimonial que fue bajo una ceremonia hindú.
📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

“A nosotros nos casó un gurú indio, porque yo soy judía y Raúl era católico. Rául amaba su religión y era religioso, y no podíamos encontrar quién nos casara”, explica Merel. El gurú Baba Muktananda los unió en matrimonio en una ceremonia que Merel recuerda con emotividad. “Nuestros padres estaban contentos con el matrimonio, pero no con la ceremonia”, confiesa la retirada actriz. Sin embargo, al final, todos celebraron, indica Merel, quien recuerda sus nupcias como un día mágico, lleno de incienso, aceites y pétalos de rosas por doquier, y a Baba Muktananda bendiciendo a todos los invitados.

Cuatro años más tarde, Merel, quien había hecho la transición de bailarina a actriz, opta por dejar su carrera para tener a sus hijos. Con elocuencia, Merel resume su matrimonio como una gran alianza de iguales. “Él siempre nos vio como socios, como un equipo. Me respetaba, y yo lo apoyaba 100%”.

Su devoción por el teatro

Cuestionada sobre qué disciplina ella entiende que Juliá amaba más, el teatro o el cine, Merel reflexiona. “Él disfrutaba ambas, pero él siempre quería regresar a hacer teatro a lo largo de su carrera. Creo que ese fue su primer amor, el teatro, porque fue donde comenzó. Amó hacer la obra ‘The Threepenny Opera’ en Broadway en la que creó un personaje magnífico. Era encantador en ‘Two Gentlemen of Verona’”, explica Merel al mostrar una foto de Juliá actuando en una obra de Shakespeare, durante su adolescencia, en el Colegio San Ignacio en Puerto Rico.

Raúl Juliá durante una de sus primera presentaciones como actor teatral.
Raúl Juliá durante una de sus primera presentaciones como actor teatral.
📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

En Nueva York, Juliá se pulió en producciones teatrales conocidas como “street theater”, así como en el afamado Shakespeare in the Park, festival en el que interpretó “Othello” y “The Taming of the Shrew” junto a Meryl Streep en Central Park.

A juicio de su esposa, esa experiencia, ayudó a Juliá a cobrar mayor seguridad y una espontaneidad que todavía la asombra. “Raúl tiene que ser una de las personas más espontáneas, felices y más relajadas que he conocido en mi vida”, indica Merel, quien deja ver que el teatro callejero fue en gran parte responsable de imprimir esas cualidades en el actor. “En una ocasión él estaba actuando en la calle y, de momento, de un edificio le tiran un mattress prendido en fuego, y él y los demás actores tuvieron que seguir actuando y manejar la situación. Era muy bueno manejando eso”.

En cuanto al cine, Merel comenta que, aunque Raúl nunca expresó cuál fue su película favorita, uno de los filmes que más disfrutó rodar fue “The Kiss of the Spider Woman” (1985), junto a William Hurt. “Ellos formaron una gran amistad”. “Él también amó filmar ‘Presumed Innocent’ (junto a Harrison Ford) donde pudo interpretar el rol de un abogado”, recuerda.

Raúl Juliá junto a Sonia Braga en la película “Kiss of the Spider Woman”.
Raúl Juliá junto a Sonia Braga en la película “Kiss of the Spider Woman”.
📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

El lado humanitario: su rol más prolífico

Juliá logró una carrera exitosa mediante disciplina, empeño y pasión. Sin embargo, Merel explica que ni la fama ni los reconocimientos fueron centro para la estrella. “Raúl nunca fue su carrera, su religión, su fama. Aunque él amaba todas esas cosas, él siempre estaba pendiente de cuál iba a ser su próxima expresión como ser humano”, explica Merel.

Y esas expresiones de Juliá tuvieron múltiples manifestaciones: abrir puertas a colegas, resolver problemas a amistades y la inconclusa tarea de erradicar el hambre en el mundo. Como activista, Julíá dedicó gran parte de su vida a la causa de “The Hunger Project”, que tenía como misión terminar con el hambre para finales del siglo XX.

“En aquella época (los 80 y 90) había cientos de miles de personas muriendo lentamente de hambre y malnutrición”, explica Merel, quien resalta que el compromiso del actor con la causa era de tal magnitud que ayunó los días 14 de cada mes, desde 1977 hasta 1994, año en el que fallece. “Él ayunaba cada mes como una expresión a su compromiso para erradicar el hambre en el planeta. Lo hacía aún si tenía dos shows en un día”, revela.

Tras el fallecimiento de Juliá, Merel explica que muchas personas se desbordaron en diversas formas de honrar su memoria. Esto redundó en múltiples iniciativas que lograron recaudar más de $3 millones para “The Hunger Project”.

Rafael Lama Bonilla, director general de GFR Media, recorre junto a Merel Poloway la zona donde vivió Raúl Juliá.
Rafael Lama Bonilla, director general de GFR Media, recorre junto a Merel Poloway la zona donde vivió Raúl Juliá.
📷 Foto: Dennis M. Rivera Pichardo

“Pienso que su carrera fue un vehículo para conseguir su propósito en la vida. Y su propósito siempre fue hacer una diferencia en la vida de los demás. No solo con ‘The Hunger Project’, sino también con el ‘Puerto Rican Family Institute’, con jóvenes en riesgo, con asuntos que ayudaban a la comunidad. Si estaba a su alcance hacerlo, él lo hacía”, recuerda con evidente orgullo.

“Como yo siempre digo de Raúl, él siempre fue un gran ‘sí’ a la vida”, concluye Merel. Esa filosofía de decir que sí y de hacer las cosas posibles a favor del prójimo, curiosamente, guarda algo de relación con la décima escrita por Ana Lydia Vega e interpretada por Juliá en la película puertorriqueña “La gran fiesta” de 1986. “Lo imposible no es boricua”, afirma el actor en la legendaria escena del aclamado filme de Marcos Zurinaga, recordada por la famosa capa que llevaba sobre su espalda, la cual se movía al son de su apasionada gesticulación.

Juliá, puertorriqueño al fin, siempre lo hizo posible.

1944

Raúl Rafael Carlos Juliá y Arcelay nace en San Juan el 9 de marzo.

Cursó estudios elementales en el Colegio Espíritu Santo, en Hato Rey, y se graduó del Colegio San Ignacio de Loyola, en Río Piedras.

Raúl Juliá durante una presentación teatral estudiantil en el Colegio San Ignacio de Loyola, en Río Piedras.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1964

Tras comenzar estudios en la Universidad de Fordham, en Nueva York, regresa a la isla, donde se graduó de bachillerato en Artes en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

Luego, recién graduado de la universidad y con 20 años, vuelve a Nueva York, donde se presenta ante Wynn Handman, director del American Place Theater, con quien debuta ese mismo año en la obra “La vida es sueño”, del dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca.

Raúl Juliá en momentos en que estudiaba en la Universidad de Fordham, en Nueva York.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1968

Es descubierto por el legendario productor y director teatral Joseph Papp y debuta en Broadway con la pieza “The Cuban Thing”.

Raúl Juliá cuando llegó a Nueva York en busca de alcanzar su sueño como actor.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1971

Debuta en el cine con un papel secundario en la cinta “The Panic in Needle Park”, protagonizada por el actor Al Pacino.

Ese mismo año recibe su primera nominación a los premios Tony por su actuación en la pieza de William Shakespeare “The Two Gentlemen of Verona”. Juliá se convierte en favorito dentro del programa de Shakespeare in the Park de Nueva York, donde encarnó los personajes principales de “Othello”, “King Lear”, “The Tempest”, “Hamlet”, “The Taming of the Shrew” (junto a Meryl Streep), “As You Like It” y “The Cherry Orchard”

Raúl Juliá en una presentación de “King Lear”, de William Shakespeare.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1972

Participa en el musical de rock “Via Galactica” en Broadway, Nueva York, donde interpretó al personaje de “Gabriel Finn”, un recolector de basura espacial.

Raúl Juliá entre trampolines como parte del musical “Via Galactica”, musical que, a nivel de innovación teatral, marcó un antes y un después en las producciones de Broadway.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1974

Obtiene su segunda nominación al premio Tony por su actuación en “Where's Charlie?”.

Raúl Juliá en una escena de la producción del musical “Where's Charlie?” en el teatro Circle in the Square, en Nueva York.

📷 Foto: The New York Public Library

1976

Se casa con Merel Poloway, con quien procrea dos hijos: Raúl Sigmund y Benjamín Rafael.

Recibe su tercera nominación al premio Tony por su rol en “The Threepenny Opera”, de Bertolt Brecht.

Raúl Juliá durante su boda con la actriz Merel Poloway, que fue oficiada por el gurú hindú Baba Muktananda.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1977

Protagonizó la vuelta en escena de la obra “Dracula”, en Broadway, cuya actuación fue bien recibida por la crítica teatral.

Raúl Juliá en la versión de Broadway de “Dracula”.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1978

Vuelve al cine con la cinta “The Eyes of Laura Mars”.

Resumé que Raúl Juliá repartía a los directores cuando llegó a Nueva York en busca de trabajo como actor.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1979

Regresa a Puerto Rico para participar en la filmación del largometraje “Isabel, la Negra”, junto a Miriam Colón, José Ferrer y Miguel Ángel Suárez, bajo la dirección de Efraín López Neris.

Afiche de la película “Isabel, la Negra” en la que Raúl Juliá interpreta a “Paulo”.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1982

Le llega su cuarta nominación al premio Tony por su actuación en la pieza “Nine”.

Raúl Juliá en una escena del musical “Nine”.

📷 Foto: The New York Public Library

1985

Coprotagoniza junto a William Hurt la aclamada cinta “Kiss of the Spider Woman” por la que obtiene el premio al Mejor Actor del National Board of Film Review, así como una nominación al Golden Globe al Mejor Actor. Hurt le dedica el premio Óscar al Mejor Actor que ganó por el filme.

Ese mismo año, Juliá realiza su segunda actuación para el cine puertorriqueño, y la más recordada, en la cinta “La gran fiesta”, del director puertorriqueño Marcos Zurinaga, junto a Daniel Lugo y Cordelia González.

Icónica escena de Raúl Juliá en la película “La gran fiesta”.

📷 Foto: Archivo de Marcos Zurinaga

1987

Vuelve a ser dirigido por Marcos Zurinaga en el filme “Tango Bar”.

Raúl Juliá interpretó al personaje “Ricardo” en el filme “Tango Bar”.

📷 Foto: Archivo de Marcos Zurinaga

1988

Tiene un papel estelar en la popular cinta “Tequila Sunrise”, protagonizada por Mel Gibson, Michelle Pfeiffer y Kurt Russell.

Raúl Juliá en una escena en el filme “Tequila Sunrise” de 1988.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1989

Recibe su segunda nominación al premio Golden Globe por su papel secundario en la película “Moon Over Parador”.

Protagoniza la película “Romero”, en la que encarna al desaparecido monseñor Óscar Arnulfo Romero.

Raúl Juliá en su papel como monseñor Óscar Arnulfo Romero, quien organizó protestas pacíficas contra el violento régimen militar de El Salvador.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1990

Coprotagoniza el largometraje “Presumed Innocent” al lado de Harrison Ford. Unos 34 años después, dicho filme se convierte en una exitosa serie protagonizada por el actor Jake Gyllenhaal en el servicio de “streaming” Apple TV+.

El abogado Alejandro “Sandy” Stern (Raúl Juliá) conversa con su cliente Rusty Sabich (Harrison Ford, derecha) y su esposa Barbara (Bonnie Bedelia) durante el juicio en el que Sabich, un fiscal, es acusado de asesinar a una mujer con la que tenía una relación extramarital en el filme “Presumed Innocent”.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1991

Protagoniza la película taquillera “The Addams Family” en el personaje de “Gómez”, junto a Anjelica Huston y Christina Ricci. El filme se convierte en un éxito global al recaudar $191.5 millones en taquilla.

Raúl Juliá durante una escena de la película “The Addams Family”.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1992

Realiza su última actuación en Broadway en su último rol protagónico del musical “Man of La Mancha” en el papel de “Don Quijote”, junto a Sheena Easton como “Dulcinea”.

Raúl Juliá como “Don Quijote” en el musical “Man of La Mancha”.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1993

Retorna al papel de  “Gómez” en la secuela “Addams Family Values”.

La secuela gira en torno a los ajustes de la familia ante el nacimiento del nuevo bebé Pubert.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1994

Regresa a la pantalla grande en la cinta “Street Fighter”.

Ese mismo año estelariza la película para la televisión estadounidense “The Burning Season”, en la que personificó al activista ambiental Chico Mendes. En esta cinta actúa junto a Edward James Olmos, Sonia Braga, Luis Guzmán y Esaí Morales.

Raúl Juliá fallece en el North Shore University Hospital, en Nueva York, el 16 de octubre. Tenía 54 años. Su cuerpo está enterrado en Buxeda Memorial Park, en Cupey.

Familiares, amistades, admiradores y figuras públicas acudieron a despedir a Raúl Juliá, cuyo cuerpo reposa en Puerto Rico.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1995

Por su actuación en la película “The Burning Season: The Chico Mendes Story”, Juliá recibe de manera póstuma los premios Emmy, Golden Globe y Screen Actors Guild, al Mejor Actor. Su esposa, Merel, recibe el premio Golden Globe en su nombre con un poderoso y conmovedor discurso.

Libreto de Raúl Juliá cuando interpretó a “Chico Mendes”.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá