El Nuevo Día

Acto 2

Marcos Zurinaga:
“Juliá es un héroe de la cultura puertorriqueña”

El cineasta recuerda la figura del actor y la estrecha amistad que tuvieron al trabajar juntos en favor del cine de Puerto Rico

Escrito por: Eliezer Ríos Camacho
Foto: Archivo de Marcos Zurinaga

Cronología

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Dos artistas con una visión en común: consignar que es posible conquistar desde Puerto Rico cualquier escenario del mundo, con talento y disciplina, acompañados por la certeza y la seguridad que da un sólido y genuino orgullo patrio.

Decir que los planetas se alinearon cuando Raúl Juliá y Marcos Zurinaga se conocieron puede ser un buen modo de describir lo que ocurrió cuando el padre del fenecido presentó al actor y al cineasta en San Juan, a fines de los años 70.

De ese encuentro nació un compromiso que vio su primera manifestación en la recordada cinta “La gran fiesta”, que transcurre durante la última fiesta que se celebra en un casino de San Juan en 1942, antes de que pase a manos del Ejército estadounidense. En el festejo coinciden diversos personajes representativos de la política, la sociedad y la cultura puertorriqueña, quienes desde distintas perspectivas asumen el nuevo derrotero del país. Dicho filme marcaría un antes y un después tanto para Zurinaga como para Juliá y, de modo simultáneo, para el cine puertorriqueño.

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Sentarse a conversar con Zurinaga sobre Juliá es encender un proyector y dejarse envolver por un hermoso metraje sobre el poder de la amistad y del compromiso y la entrega al arte.

“Antes de ‘La gran fiesta’ ya habíamos hecho el compromiso de trabajar juntos porque el papá de Raúl llegó un día con él a las oficinas donde ya realizábamos documentales y dábamos servicio a películas estadounidenses y mexicanas. Nos presentó y dijo: ‘A mí me gustaría que algún día ustedes colaboren porque los dos están haciendo cosas buenas por Puerto Rico’. Por eso, cuando empiezo a darle forma a ‘La gran fiesta’, me comunico con Raúl, sabiendo que en el guion no había un personaje para él. Se lo envío y él me llama y me dice: ‘Tienes razón, no me veo en ningún personaje’; y le aseguro que en una próxima ocasión trabajaríamos juntos. Entonces, como a la semana, me llama Raúl y me dice: ‘Yo no sé lo que tú vas a hacer, pero yo voy para Puerto Rico a trabajar en la película. Invéntatela, pero yo voy para allá’”, narra el cineasta subrayando el carisma y la seguridad que poseía Juliá, cualidades ante las que se hacía prácticamente imposible resistirse.

“Entonces, llamo a Ana Lydia Vega, mi compinche nada más y nada menos en la creación del guion, y ella crea la escena de Raúl, que aparece en el filme como un hijo de ella que llega a la fiesta a recitar una décima. Es una escena muy importante porque representa la única voz disidente en la historia que refleja la idiosincrasia del pueblo puertorriqueño ante lo que ocurría en aquella fiesta. Luego es que Raúl me cuenta por qué me llamó diciendo que venía a formar parte de la película y es que antes de empezar el rodaje, llegaron a su casa en Nueva York, Ivonne Coll, Sully Díaz, Raúl Dávila y Carlos Augusto Cestero, quienes estaban trabajando en la ciudad entonces y le dijeron que ellos iban para Puerto Rico a trabajar en ‘La gran fiesta’ y que él tenía que ir porque esa película iba a ser algo histórico para el cine puertorriqueño, un homenaje a nuestra cultura”, recuerda.

La excelente acogida que tuvo “La gran fiesta” en 1986, tanto en Puerto Rico como a nivel internacional, solidificó la amistad entre Zurinaga y Juliá al tiempo que vislumbraban el valor de realizar proyectos artísticos como este; que era una responsabilidad hacer proyectos fílmicos que proyectaran el talento y la esencia del país.

“Para Raúl y para mí, significó no solo cumplir con aquella promesa que nos habíamos hecho, sino que afianzó nuestra relación creativa. Raúl asistió a la premier en el cine Metro, y se sorprendió no solo con la calidad del producto final, sino con la manera que el público abrazó la película, cómo sentían orgullo por lo que veían en la pantalla”, destaca.

“La gran fiesta” se presentaría en importantes festivales de cine, como Sundance, donde tanto Zurinaga como Juliá recogerían frutos por su trabajo. Allí, por ejemplo, Robert Redford, creador de ese evento cinematográfico, reclutaría al actor boricua para su película “Havana” (1990).

Tras “La gran fiesta”, Zurinaga y Juliá volvieron a colaborar en la película “Tango Bar” (1987), con el actor como protagonista. Para el cineasta, este filme ejemplifica la visión que ambos compartían sobre el rol del artista puertorriqueño ante el mundo.

“‘Tango Bar’ es una película puertorriqueña porque fue escrita, dirigida, producida y fotografiada por un puertorriqueño y la protagonizó otro puertorriqueño. Que fuese filmada en Argentina y tratara sobre el tango no la hacía menos puertorriqueña. De hecho, el personaje de Juliá es de un puertorriqueño que llega a Buenos Aires por su fascinación con el tango, algo no alejado de la realidad, pues para los años 40 los cantantes como Felipe ‘La Voz’ Rodríguez se hicieron famosos cantando tangos adaptados al ritmo del bolero. Estamos acostumbrados a que para que sea puertorriqueño tiene que ser la cuestión local; eso reduce a un mínimo nuestro potencial cultural y nuestra participación en el mundo. Yo, desde la primera película que hice, he tenido una visión puertorriqueña e internacional. Mi primera película fue el documental ‘A Step Away’ (filmado durante los VIII Juegos Panamericanos celebrados en San Juan en 1979), y lo narró nada menos que Orson Welles y tuvo una proyección mundial”, recuerda.

De acuerdo con Zurinaga, Juliá compartía esa visión: “Él lo tenía muy claro, Él entraba a todas partes con seguridad, con la frente en alto, como un igual con el resto del mundo. De él aprendí esa actitud de que yo no le tengo que envidiar nada a nadie, de no dejarse ningunear por nadie. He podido hacer películas en Argentina, Cuba, Italia, España, México, Los Ángeles, Rumania, porque me siento con la entereza, el carácter y la responsabilidad artística de pararme al lado de cualquier persona en la industria y presentar mis películas lo mismo en Cannes que en Londres”.

—Partiendo de esa mentalidad que Juliá y usted compartían, ¿cuál considera es el legado de Raúl Juliá, así como su consejo para las nuevas generaciones de artistas?

“Nosotros tenemos todo lo que hace falta para tener éxito como país, cultura, sociedad, sin esos miedos que algunos políticos quieren inculcar. La situación económica es una cosa, y siempre va a haber alguien que tiene más que tú, pero como individuos no tenemos que envidiarle nada a nadie. Eso aprendí junto a Raúl y me ha ayudado en mi carrera. Porque él se fue a Nueva York a hacer teatro, pero nunca abandonó su identidad puertorriqueña, ni siquiera cambió su forma de hablar. Mantuvo su acento a propósito para que supieran de dónde venía. Hacía Shakespeare en un inglés perfecto, obviamente, pero con su acento. Él mantuvo su orgullo de ser puertorriqueño, y nos proyectó al mundo”.

Varios recortes de prensa y mensajes recogidos en un álbum familiar. Arriba a la izquierda, una reseña que se destaca la actuación de Raúl Juliá como “Roderigo” en la obra de William Shakespeare “Othello”.
Varios recortes de prensa y mensajes recogidos en un álbum familiar. Arriba a la izquierda, una reseña que se destaca la actuación de Raúl Juliá como “Roderigo” en la obra de William Shakespeare “Othello”.
📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

El tema lleva al cineasta a ofrecer su mirada sobre el presente del cine puertorriqueño.

“La tecnología digital permite que cualquier persona tenga acceso al medio y que pueda hacer su película con menos recursos. Ahora, la pregunta es por qué, para qué tú quieres hacer cine, por qué seleccionas el lenguaje cinematográfico y no otro para contar historias. Entonces, no siempre tienen las respuestas a esas preguntas. Pero quienes tienen las respuestas están mostrando miradas y propuestas distintas y eso resulta refrescante. Lo veo sobre todo en mujeres cineastas, como el caso de Glorimar Marrero con ‘La pecera’. Se nota ese deseo de encontrar su voz. Posiblemente, estamos en un momento de inflexión, pero hay que darle la oportunidad. Eso es lo que falta. Vemos países latinoamericanos haciendo muchas películas al año, pero es porque la industria cuenta con apoyo del gobierno. En Puerto Rico, la industria del cine no ha sido una prioridad para ningún gobierno. Es como que podemos vivir sin hacer cine. Eso ha sido un error garrafal de todos los gobiernos. No entienden que el cine tiene múltiples impactos económicos internos, que es el medio de ver mi idiosincrasia, mis valores reflejados en una pantalla. Industria de cine no es dar servicio a producciones que vienen de Los Ángeles, eso no es cine puertorriqueño. La industria del cine es que sea realizado por talento local, no importa que aborde cualquier tema”, menciona.

Lorca: la colaboración que no pudo ser

Zurinaga rememora que un domingo de 1990 leyó en el diario “The New York Times” una crítica muy favorable para una nueva biografía de Federico García Lorca, escrita por Ian Gibson. De inmediato, pensó en la posibilidad de realizar un largometraje sobre el poeta granadino y llamó a Juliá para compartirle su idea.

“Raúl era muy grandilocuente y me contesta: ‘Wonderful! ¡Yo voy a ser Lorca!’. Y yo le contesto que cómo él va a ser Lorca si mide más de seis pies y Lorca era bajito. Entonces, él me riposta: ‘Me decepciona que seas tan limitado’; pero eso era parte de nuestra dinámica, de cómo nos tratábamos. Y decidimos hacer la película”, dijo.

“Necesitábamos formar un equipo latino y hablamos con Edward James Olmos (quien se hizo muy amigo de Raúl en el rodaje de “The Burning Season”), con Andy García, que acababa de hacer ‘The Untouchables’, estaba Rubén Blades y Antonio Banderas, que fue el primero que dijo que sí porque estaba loco por actuar con Raúl. Nos reunimos en un restaurante en Hollywood e hicimos un compromiso como los mosqueteros, uno para todos y todos para uno”, abunda.

Marcos Zurinaga, en una foto reciente en el estudio de El Nuevo Día, destacó los atributos actorales de Raúl Juliá, quien tenía la habilidad de desempeñarse tanto en el drama como en la comedia.
Marcos Zurinaga, en una foto reciente en el estudio de El Nuevo Día, destacó los atributos actorales de Raúl Juliá, quien tenía la habilidad de desempeñarse tanto en el drama como en la comedia.
📷 Foto: Alexis Cedeño

Así dio comienzo el proceso de trabajar un libreto y de buscar el presupuesto; y pasó el tiempo hasta 1994, cuando las piezas engranaron para poder filmar.

“En 1994, llega ese domingo fatídico de octubre. Yo viajaba a Nueva York para reunirme con Raúl porque ya estábamos listos para comenzar el rodaje. Hablamos la noche antes y me dijo: ‘Cuando llegues a la ciudad, no pares en el hotel, ve directo a mi casa. Y así lo hice, y cuando llego a su casa, me encuentro con caras largas. La mamá de Merel me dice que acababan de llevarse a Raúl en ambulancia. Me aparezco en el hospital, y allí estaba él con el libreto de ‘Desperado’ en las manos. Estaba muy entusiasmado y hablamos de ese guion y de Lorca. Ese fue mi último momento con él. Después cae en coma y nunca se recupera. Llevé a Edward James Olmos al hospital para verlo, pero ya sabíamos que él no iba a volver. Acompañamos a Merel en ese momento tan terrible. Su muerte impactó a todo el que lo conoció. Luego lo acompañamos a Puerto Rico. Recuerdo que Edward James Olmos ayudó a sacar el ataúd del avión. Esa experiencia nos unió a Raúl, a Edward y a mí hasta ahora”, rememora.

Pausar se hizo obligatorio tras el relato.

“Raúl es un héroe de la cultura puertorriqueña”, alcanza a decir el veterano cineasta. “Edward y yo estábamos hasta cierto punto molestos con él, de que él nos hubiera dejado en un momento en el que teníamos tantos proyectos juntos por hacer”.

Finalmente, “The Disappearance of García Lorca” o “Death in Granada” se filmó y estrenó en 1996. Andy García tomó el rol protagónico. La cinta contó con las actuaciones de Esaí Morales y Edward James Olmos, y fue filmada entre Puerto Rico, España y Estados Unidos. El filme fue dedicado a Juliá.

“Raúl era un actor sólido, con una latitud enorme. Podía hacer drama, tragedia, comedia, cantar y bailar; él tenía todas las herramientas. Hay muchas estrellas de Hollywood que no pueden hacer todo eso. Estaba en su momento de fama con ‘The Addams Family’. Ahí fue que se descubrió esa piedra preciosa que era él, porque le permitió sacar a flote todo su talento. Él era muy respetado por las estrellas que sabían todo lo que él podía hacer. Fue tan duro perderlo porque esa calidad de ser humano y de actor no nace todo el tiempo. Raúl aportó mucho en vida y después. Hace falta que la gente lo recuerde o que lo conozcan, que vean todo lo que él representó”, destaca.

Raúl Juliá junto a Marcos Zurinaga durante la filmación de “La gran fiesta”, que estrenó en 1986.
Raúl Juliá junto a Marcos Zurinaga durante la filmación de “La gran fiesta”, que estrenó en 1986.
📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

—Si tuviera de frente a Raúl Juliá de nuevo, ¿qué le diría?

“No voy a hablar malo (se ríe), pero le diría: ‘(…) Ya estás con nosotros, pues vamos a trabajar, que tenemos mucho que hacer, ya era hora que regresaras porque nos tenías abandonado’”.

1944

Raúl Rafael Carlos Juliá y Arcelay nace en San Juan el 9 de marzo.

Cursó estudios elementales en el Colegio Espíritu Santo, en Hato Rey, y se graduó del Colegio San Ignacio de Loyola, en Río Piedras.

Raúl Juliá durante una presentación teatral estudiantil en el Colegio San Ignacio de Loyola, en Río Piedras.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1964

Tras comenzar estudios en la Universidad de Fordham, en Nueva York, regresa a la isla, donde se graduó de bachillerato en Artes en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.

Luego, recién graduado de la universidad y con 20 años, vuelve a Nueva York, donde se presenta ante Wynn Handman, director del American Place Theater, con quien debuta ese mismo año en la obra “La vida es sueño”, del dramaturgo español Pedro Calderón de la Barca.

Raúl Juliá en momentos en que estudiaba en la Universidad de Fordham, en Nueva York.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1968

Es descubierto por el legendario productor y director teatral Joseph Papp y debuta en Broadway con la pieza “The Cuban Thing”.

Raúl Juliá cuando llegó a Nueva York en busca de alcanzar su sueño como actor.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1971

Debuta en el cine con un papel secundario en la cinta “The Panic in Needle Park”, protagonizada por el actor Al Pacino.

Ese mismo año recibe su primera nominación a los premios Tony por su actuación en la pieza de William Shakespeare “The Two Gentlemen of Verona”. Juliá se convierte en favorito dentro del programa de Shakespeare in the Park de Nueva York, donde encarnó los personajes principales de “Othello”, “King Lear”, “The Tempest”, “Hamlet”, “The Taming of the Shrew” (junto a Meryl Streep), “As You Like It” y “The Cherry Orchard”

Raúl Juliá en una presentación de “King Lear”, de William Shakespeare.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1972

Participa en el musical de rock “Via Galactica” en Broadway, Nueva York, donde interpretó al personaje de “Gabriel Finn”, un recolector de basura espacial.

Raúl Juliá entre trampolines como parte del musical “Via Galactica”, musical que, a nivel de innovación teatral, marcó un antes y un después en las producciones de Broadway.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1974

Obtiene su segunda nominación al premio Tony por su actuación en “Where's Charlie?”.

Raúl Juliá en una escena de la producción del musical “Where's Charlie?” en el teatro Circle in the Square, en Nueva York.

📷 Foto: The New York Public Library

1976

Se casa con Merel Poloway, con quien procrea dos hijos: Raúl Sigmund y Benjamín Rafael.

Recibe su tercera nominación al premio Tony por su rol en “The Threepenny Opera”, de Bertolt Brecht.

Raúl Juliá durante su boda con la actriz Merel Poloway, que fue oficiada por el gurú hindú Baba Muktananda.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1977

Protagonizó la vuelta en escena de la obra “Dracula”, en Broadway, cuya actuación fue bien recibida por la crítica teatral.

Raúl Juliá en la versión de Broadway de “Dracula”.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1978

Vuelve al cine con la cinta “The Eyes of Laura Mars”.

Resumé que Raúl Juliá repartía a los directores cuando llegó a Nueva York en busca de trabajo como actor.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1979

Regresa a Puerto Rico para participar en la filmación del largometraje “Isabel, la Negra”, junto a Miriam Colón, José Ferrer y Miguel Ángel Suárez, bajo la dirección de Efraín López Neris.

Afiche de la película “Isabel, la Negra” en la que Raúl Juliá interpreta a “Paulo”.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1982

Le llega su cuarta nominación al premio Tony por su actuación en la pieza “Nine”.

Raúl Juliá en una escena del musical “Nine”.

📷 Foto: The New York Public Library

1985

Coprotagoniza junto a William Hurt la aclamada cinta “Kiss of the Spider Woman” por la que obtiene el premio al Mejor Actor del National Board of Film Review, así como una nominación al Golden Globe al Mejor Actor. Hurt le dedica el premio Óscar al Mejor Actor que ganó por el filme.

Ese mismo año, Juliá realiza su segunda actuación para el cine puertorriqueño, y la más recordada, en la cinta “La gran fiesta”, del director puertorriqueño Marcos Zurinaga, junto a Daniel Lugo y Cordelia González.

Icónica escena de Raúl Juliá en la película “La gran fiesta”.

📷 Foto: Archivo de Marcos Zurinaga

1987

Vuelve a ser dirigido por Marcos Zurinaga en el filme “Tango Bar”.

Raúl Juliá interpretó al personaje “Ricardo” en el filme “Tango Bar”.

📷 Foto: Archivo de Marcos Zurinaga

1988

Tiene un papel estelar en la popular cinta “Tequila Sunrise”, protagonizada por Mel Gibson, Michelle Pfeiffer y Kurt Russell.

Raúl Juliá en una escena en el filme “Tequila Sunrise” de 1988.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1989

Recibe su segunda nominación al premio Golden Globe por su papel secundario en la película “Moon Over Parador”.

Protagoniza la película “Romero”, en la que encarna al desaparecido monseñor Óscar Arnulfo Romero.

Raúl Juliá en su papel como monseñor Óscar Arnulfo Romero, quien organizó protestas pacíficas contra el violento régimen militar de El Salvador.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1990

Coprotagoniza el largometraje “Presumed Innocent” al lado de Harrison Ford. Unos 34 años después, dicho filme se convierte en una exitosa serie protagonizada por el actor Jake Gyllenhaal en el servicio de “streaming” Apple TV+.

El abogado Alejandro “Sandy” Stern (Raúl Juliá) conversa con su cliente Rusty Sabich (Harrison Ford, derecha) y su esposa Barbara (Bonnie Bedelia) durante el juicio en el que Sabich, un fiscal, es acusado de asesinar a una mujer con la que tenía una relación extramarital en el filme “Presumed Innocent”.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1991

Protagoniza la película taquillera “The Addams Family” en el personaje de “Gómez”, junto a Anjelica Huston y Christina Ricci. El filme se convierte en un éxito global al recaudar $191.5 millones en taquilla.

Raúl Juliá durante una escena de la película “The Addams Family”.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1992

Realiza su última actuación en Broadway en su último rol protagónico del musical “Man of La Mancha” en el papel de “Don Quijote”, junto a Sheena Easton como “Dulcinea”.

Raúl Juliá como “Don Quijote” en el musical “Man of La Mancha”.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá

1993

Retorna al papel de  “Gómez” en la secuela “Addams Family Values”.

La secuela gira en torno a los ajustes de la familia ante el nacimiento del nuevo bebé Pubert.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1994

Regresa a la pantalla grande en la cinta “Street Fighter”.

Ese mismo año estelariza la película para la televisión estadounidense “The Burning Season”, en la que personificó al activista ambiental Chico Mendes. En esta cinta actúa junto a Edward James Olmos, Sonia Braga, Luis Guzmán y Esaí Morales.

Raúl Juliá fallece en el North Shore University Hospital, en Nueva York, el 16 de octubre. Tenía 54 años. Su cuerpo está enterrado en Buxeda Memorial Park, en Cupey.

Familiares, amistades, admiradores y figuras públicas acudieron a despedir a Raúl Juliá, cuyo cuerpo reposa en Puerto Rico.

📷 Foto: Archivo de El Nuevo Día

1995

Por su actuación en la película “The Burning Season: The Chico Mendes Story”, Juliá recibe de manera póstuma los premios Emmy, Golden Globe y Screen Actors Guild, al Mejor Actor. Su esposa, Merel, recibe el premio Golden Globe en su nombre con un poderoso y conmovedor discurso.

Libreto de Raúl Juliá cuando interpretó a “Chico Mendes”.

📷 Foto: Archivo de la Familia Juliá